viernes, 14 de noviembre de 2008

Y me deje llevar...

Sentí tus afilados colmillos sobre mi cuello, te di tu espacio, me acople a tu respiración, a tu cuerpo, me has regalado la eternidad, tenias razón fue un leve mordisco, que me estremeció, sin embargo ahora veo como te mueves entre este espacio que nos divide, aun y cuando siento la brisa que tu cuerpo genera al desplazarse, sé que ya no me tienes entre tus brazos, pero aun así pareciera que estas aquí, tocándome, recorriéndome, ahora siento como tu sangre se apropio de mi, como me ha llenado, me inunda, y entonces tu palpitar es mi palpitar.
Ahora necesito estar cerca de ti y tú que sabes lo que siento, finges ignorarlo, pero me veo en tus ojos, y veo esa mirada, en la que tus instintos te empiezan a dominar, me regalaste la eternidad, lo sé, pero y ¿ahora que?, una eternidad en la que huiré de la luz, que rechazaré cualquier contacto mortal, me convertiste en un ser nocturno, cómplice de la luna y sus misterios, sediento de ese néctar rojo, que nace de cuellos como el mío, que palpitan ante emociones, ante sentimientos … y en el que mi propio corazón buscará adueñarse de un poco de esas sensaciones. Sí, me regalaste la noche, la inmortalidad, pero también ese dejarme llevar por mis instintos, los mismos que ahora provocan que salga a buscarte, ha tratar de encontrarte detrás de las sombras, pero si en esa búsqueda, descubro una garganta que se incline, que se deje llevar, me tomaré el tiempo, me haré uno y me fundiré con ella, pero solo para recordarte, para imaginar que eres tú … Y entonces en uno de tantos, te descubro ahí, contemplando tu creación, tus ojos se encuentran con los míos y entonces te acercas, despacio, me vuelvo a tensar, aún siento ese temor, no puedo evitarlo, tus manos me acarician la nuca, y entonces todo mi cuerpo no puede evitar temblar, inconscientemente ladeo mi cabeza, quiero dejarme llevar, siento que te acercas, pero esta vez solo depositas un helado beso en mis labios aun manchados de ese liquido vital, y después sin previo aviso, pero sin soltar mi mano, clavas tus colmillos sobre ella, en la misma marca que yo había dejado, estas decidida a terminar el trabajo, pero esta vez, no quieres dejar ni una gota… Es majestuoso contemplarte, esos minutos han parecido segundos, tu respiración es agitada, tus manos tienen un ligero temblor, a tus pies yace ella, sin moverse, y entonces me regalas un beso, solo un beso más, pero tal y como apareciste, la oscuridad vuelve a llevarte, solo queda en el aire tu esencia, y me sumerjo en mis recuerdos, en esa noche en la que te di tu espacio, cuando nos fundimos en uno, en la que tu palpitar se hizo mío, en la que sin mas me regalaste la eternidad… en aquella noche en la que me dejé llevar…

5 comentarios:

  1. Y yo me deje llevar y traer por tus letras!! Impresionante!!

    Besos linda!
    Se te quiere mucho!

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  2. Ay, amiga... y quien no se deja llevar por tus letras???

    Tal como Espumita... no pude evitarlo.

    Se te quiere Lupis!!
    Besos

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  3. Lupita, Calíope, preciosa niña.

    La eternidad, la inmortalidad envuelta en un relato, como estos a los que nos tienes acostumbrados, es un tanto más que el roce perpetuo de afilados colmillos sobre turgente garganta...es tu letra siempre un vehículo para la posteridad.

    Besos niña.

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  4. Es flipante, alucinante como escribes Calíope, es que te leo y me dejas con la boca abierta...de verdad increible.

    Smuach!

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  5. Ay amigos, hermanos, familia, que les digo, que me he sonrojado, por que la verdad escribo así como va saliendo, desde el fondo, gracias por leer, por estar ...

    Definitivamente se me dio un regalo maravilloso ... en cuatro partes tan distintas entre si, pero que a la vez hacen mas deliciosas la bellas coincidencias... Mi letra, mi ser mi todo para ustedes mis muy queridos amigos...

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