lunes, 19 de enero de 2009

Angustia

Estoy frente al espejo, una mirada vacía empieza a recorrer mi cuerpo, no reconozco mis manos, están llenas de una oscura mancha escarlata, me atemorizo y entonces me acurruco en un rincón, empiezo a sentir como todo se nubla, la cabeza me da vueltas. Mis vestidos blancos van tiñéndose de rojo, acaso entre esos hilillos de sangre ¿se está escapando mi vida? Siempre creí que la muerte sería más grotesca, que me daría miedo, sin embargo, ahora que estoy viendo su afilado perfil dirigiéndose hacía mí, me parece que dejo atrás cadenas que me mantenían atada a una sombra que atormentaba mi camino. Aparecen ante mis ojos recuerdos, sueños realizados y otros tantos que quedaran sin cumplir, besos entregados y algunos mas que se secaran junto con mis labios, lagrimas que te entregue y otras tantas que se convertirán en sal al cerrar mis ojos por ultima vez. ¿Cómo es que llegué a este punto?
Ese no tenerte cerca, ese saberte ausente, ese estar y no estar, me calcinó, acabó con todo lo que era, la angustia se apodero de mí, ese miedo a lo desconocido, ¿sabes? Grité tu nombre, apreté los puños, supliqué, lloré y esperé, como tantas otras noches a que llegaras y que me dijeras que todo era mentira, que había sido un mal sueño, pero lo único que me respondió fue el silencio de la habitación ... Silencio, angustia y silencio ...
Definitivamente la muerte es grotesca, dolorosa, pero para seres como yo, es mas bien un escape, una puerta, porque sé que en el instante mismo en el que mi sangre se agote, mis ojos se cierren, mi corazón deje de palpitar y exhale mi último suspiro. Cuando mis vestiduras blancas se hayan convertido en escarlatas y el tiempo deje de correr. Será el momento preciso en el que tú y yo nos fundiremos en uno, tu alma que sé que me espera me abrazará por la eternidad, no desesperes amor, falta poco unas gotas mas, unos segundos y estaré contigo, aguarda unos instantes, ya esta aquí conmigo, la vi venir, sus frías manos me acarician por completo y entonces duele, todo se detiene, te veo al final de ese túnel, camino hacia ti, me abrazas, me acaricias, sonrío te tendré a mi lado por la eternidad. El tiempo se detuvo, exhale ese último suspiro, mi corazón dejó de latir, mi sangre se agoto y por fin pude cerrar mis ojos.

jueves, 8 de enero de 2009

El rey de la ventana

Se cuenta que hace algunos años vivía un rey en un pequeño castillo, en una ciudad oscurecida por el polvo levantado por tanto tráfico de carros de mulas, y aunque era un castillo pequeño su hermosura no dependía del tamaño sino del amor que se notaba tan solo con pasar por ahí, y es que debo contarles que el rey no vivía solo, pues tenía por compañía al pequeño príncipe, el cual se encargaba de hacer de la vida de todos cuantos le rodeaban una aventura y es que se les podía ver corriendo por el bosque persiguiendo conejos, o bien sentados en el jardín en actitud contemplativa, aunque se notaba que el príncipe entreabría los ojos y cuando descubría que el rey estaba concentrado saltaba sobre él y entonces las risas llenaban el bosque, se podría decir que eran completamente felices. Pero lo que muy pocos sabían es que por las noches después de que el rey terminaba de firmar varios manifiestos para mantener la paz, armonía, economía y todo lo demás que conlleva administrar un reino, pasaba a la habitación del príncipe, le leía un cuento “El escarabajo de oro” de un hasta entonces desconocido escritor apellidado Poe, pero que le encantaba a ambos, y entonces cuando el príncipe cerraba los ojos y se aseguraba que estuviera dormido, el rey salía de la habitación, llegaba a sus aposentos y se dirigía a la ventana, contemplaba la luna y en silencio lanzaba dos pequeños besos, cerraba los ojos y derramaba lagrimas que brillaban bajo la luz de las estrellas, era desolador verlo de pie, con las manos sobre el marco de la ventana, la cara bañada en lagrimas y el corazón destrozado. Casi siempre le sorprendía la mañana ahí, hasta que escuchaba los pasos del príncipe por el pasillo y entonces las lágrimas se convertían en sonrisas.
Sucedió entonces que una noche al llegar a la ventana, el rey noto que dos retoños de rosa empezaban a brotar y justo en el momento en que se inclinaba a inspeccionarles, a lo lejos unos pasos resonaron en el jardín, instintivamente el rey saco la espada, pero al distinguir la silueta, esta cayó de sus manos, una sonrisa asomo a su rostro, corrió escaleras abajo y abrazo a la pequeña princesa, a la que no veía desde hacía años, le contemplaba embelesado, jamás había visto rostro tan hermoso, le abrazo llorando y riendo a la vez, llamó a gritos al príncipe y entonces en ese mismo instante uno de los retoños de la ventana floreció. Todo el pueblo celebraba con su rey, con el príncipe y la princesa, llegaron incluso personajes de otros reinos, algunos con banderas tricolores, otros con el corazón escarlata y unos mas con lunas bordadas en las capas, los festejos se alargaron varios días, incluso meses después aun se respiraba el ambiente festivo. Sin embargo nuevamente al caer la noche, después de dar los besos y contar los cuentos respectivos, el rey otra vez llegaba a la ventana, derramaba lágrimas y lanzaba ahora un solo beso porque aun faltaba un retoño por florecer y es que en un reino lejano, se encontraba otra pequeña princesa a la que el rey anhelaba tener también entre sus brazos. Desde entonces y hasta ahora continúa esperando, todos podrán olvidar su cara, incluso su nombre, pero él seguirá siendo: El Rey de la Ventana. Seguiría esperando, suspirando cada noche, aguardando el instante en el que esos pasos resonaran en el jardín, pero ya no habría lágrimas, puesto que ahora se daba cuenta que tarde o temprano, vería la silueta amada, atravesando el bosque para llegar hasta donde le esperaba con los brazos abiertos. Mi historia aún no tiene un fin, puesto que el rey continúa en espera, más el tiempo es sabio, la esperanza no debe perderse, tarde o temprano esa princesa extraviada volverá y entonces podré decir: Y vivieron felices para siempre.

jueves, 1 de enero de 2009

Feliz cumpleaños duendecito!!!



Aquí, contigo querida Lupita, hermanita de mi Tierra. Con un mundo de recuerdos cuando te encontré. Recuerdos nobles que no eran cuestión de tiempo, sino de sentimiento, de comprensión y entendimiento. Te encontré cuando no buscaba. Te encontré porque tu aura noble brillaba y en mi camuflaje (creo que mi faz mas singular, original y certera) de demonio, vampiro y miel amarga; necesitaba un poco de tu luz para inyectarle calor a mi alma, a mi familia; para acariciar mis colmillos, acicalar mis negras alas y abrazar a mi sangre elegida...la que ahora al igual que yo te ama. Incluso te aman más que a mi! Y no importa... lo mereces de verdad Lupita, pedacito de mi patria en mis entrañas. Te quiero mucho y para mí es un honor poder contarme entre tu familia y poder felicitarte en éste tu aniversario.

Muchas felicidades mi niñita mexicana. Felicidades Lupita. Que cumplas un siglo más y conserves siempre el espíritu de esa risa y carácter tan jovial. Tu sabes que mis palabras de cariño no deben ser nuevamente malinterpretadas. Tu sabes perfectamente cuánto te quiero y con qué seguridad sabes que puedes contar conmigo para lo que sea. Tu familia acá, te quiere igual que yo y sé que puedes contar con ellas eternamente. Recibe mil millones de besos y abrazos en donde sea que te encuentres. Y que tu familia real goce como nosotros de tu linda y ejemplar presencia. Te quiero Tapis-Lupis! FELICIDADES!

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Tú sabes mi niñaque todos te queremos,

eres el duendecito mágico que se apropió de nuestro corazón,

nos regalaste tu sonrisa y nos llenaste de amor.

Eres la niña dorada, azteca en cuerpo y alma,

guerrera como ninguna, fuerte y delicada, amor más que palabra.



Hermanita adorada, es hora de empezar los festejos!!

Hoy es tu cumpleaños y acá estamos tus hermanos.

Quienes no conocen de distancias, de lugares ni de tiempo

que puedan separarte de los que realmente te amamos.



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Empieza la fiesta con un brindis muy especial,

de esos que tanto te gustan.

Y luego del brindis, vine la torta, sopla las velas,

pide un deseo… se cumplirán tus sueños.



Porque a los ángeles todo le es dado,

y todo es poco para lo que mereces,

para lo que queremos darte.

Te quiero mi duendecito encantado, te quiero!!!

Feliz cumpleaños!!!



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Miré hacia el cielo esperando ver cumplidos tus deseos

elevé mi copa y soñé a tu lado ¡arriba!,

Bajé mis ojos esperando entre tus huellas ver algo,

y allá estaba tu sonrisa, la que siempre me ha acompañado ¡abajo!

Acerqué mis manos a las tuyas, sin distancias ni barreras,

para darte de hermanita y de osa un abrazo ¡al centro!

y así con ese cariño del alma, con ese que se tienen los verdaderos amigos,

con amor de hermana, te dejé un beso , brindamos y ¡pá dentro!



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Brindo contigo linda niña, me emociono y suspiro ¡snif!

tambien hago de mi rostro ¡sonrisa! y elevo al cielo mil globos,

colores haciendo arco iris y en el firmamento ¡fuegos artificiales!

mi, nuestra amiga del alma querida está de fiesta...¡cumple años!

y aquí estamos todos los que te amamos para contigo festejarlo.



¡Te quiero y te queremos! muchísimas felicidades Calíope,

que soples tus velas y tus sueños se cumplan...

¡Felíz cumpleaños con todo el cariño de los que contigo aquí

siempre estuvimos y siempre...estamos!

Y siempre estaremos!!!



Llegó el momento… cierra los ojos, pide un deseo y apaga las velas mientras escuchas en tu corazón esta canción que cantamos para ti mi niña.





Que los cumplas feliz!!!

Que los cumplas feliz!!!

Que los cumplas Caliope, que los cumplas feliz!!!!











Te amamos hermanita!!!!





Acqua, Ocean & Azul Profundo.