viernes, 14 de agosto de 2009

Pandemónium II

Caminé despacio sin prisa, pero sabía que mi respiración me delataba. Un paso, solo uno y el eco me corroboró que no era tan silenciosa como quisiera serlo. Tenía la certeza de no estar sola, un paso más y note una sombra moviéndose entre los árboles. No había luz, solo aquella que la luna proyectaba en el camino. Me detuve por completo, tal vez por que el miedo congelo mis movimientos. ¿Qué idea tan estúpida me hizo salir en plena noche, buscando algo que justo ahora carecía de importancia?
¿Y si regresaba? Tal vez aun no me había alejado tanto, pero mire hacia atrás y la oscuridad me hizo andar en dirección contraria. Entonces fue cuando le descubrí. Envuelto en una enorme capa, me miraba con aquellos ojos misteriosos, una media sonrisa que daba un matiz de sensualidad a toda su silueta desgarbada, quizá fue eso lo que me atrajo.
- ¿Tiene alguna idea de cuanto falta para llegar al pueblo mas cercano?- Ni siquiera era dueña de mis palabras, ahí estaba, en medio de la noche en mitad de la nada, demostrándole al primer extraño que encontré en el camino, que estaba perdida.
Entonces lentamente se acerco, su aroma era delicioso y a la vez misterioso, su mirada me traspasaba no solo las ropas si no incluso la piel. Su voz sonó fuerte, la media sonrisa continuaba y dejaba ver un colmillo un poco mas largo de lo normal.
- Tendrías que caminar demasiado antes de encontrar algún alma que pueda decirte lo que requieres.
Caminaba, podría jurar que sin rozar el suelo, hacía mi, un viento fuerte nos envolvió, algunas ramas salieron despedidas de los árboles, una rozó mi mejilla y me provoco un corte, unas pequeñas gotas de sangre brotaron. Justo en ese momento noté que en aquellos ojos ya no había una mirada intrigante, si no que ahora me observaba intensa y ferozmente, casi asesina, no alejaba la vista de mi herida, entonces di unos pasos hacia atrás, sus movimientos dejaron de ser lentos y se desplazo con sorprendente agilidad, en un instante le tenia detrás mío, susurrando en mi oído.
- Mortal, dime una idea y devoraré tus sueños.
Su voz, me congelo, no pude moverme, su aspecto desgarbado, se transformo en algo macabro. ¿Una idea? ¿Devorar mis sueños? ¿Pero que era esto que ahora me tenia aprisionada contra si? Intenté luchar, pero sus brazos no me soltaron, tenía una fuerza incomparable, sus labios me rozaban el cuello, mi respiración era agitada, miraba en derredor y no había nada que pudiera ayudarme, ahora su lengua recorría mi mejilla, justo en donde me había hecho el corte.
- Es tarde pero creo que aun podré tomar un banquete. – No sabía a que se refería, ¿Qué es lo que deseaba de mí?
- No dices nada, una idea, mortal, solo una idea.
El miedo tenia bloqueada mi mente, no podía articular palabra alguna, de hecho escuchar mi propia voz rompiendo el silencio me sorprendió. Cuando me di cuenta lo único que salio de mis labios fueron balbuceos y frases incoherentes.
- Definitivamente para los mortales, lo mejor es el silencio – Se colocó frente a mi y cerro sus labios contra los míos. Me miré en sus ojos, el inclino la cabeza y bajo a mi cuello.
- ¿Ninguna idea? Te regalaré algunas – Y entonces una mordida feroz desgarro mi cuello, las fuerzas me abandonaron, me estaban arrancando la vida entre gotas, o acaso me la estaba regalando…

Una idea, solo una idea y aunque aún sigo pensándolo, ahora que te tengo aquí, tu pecho en contra del mío, tus manos aprisionadas por las mías, dime tú la tuya para devorar tus sueños.
Letra inspirada en el Sr. Cuervo Devorador.

jueves, 13 de agosto de 2009

¿Bailamos?

La lluvia comenzó a caer, la oscuridad empieza a envolvernos, una brisa ligera golpea la ventana. Me asomo con miedo a que me descubras observando desde lejos, corres la cortina, alcanzo a escuchar la música suave, te colocas en medio de la habitación y tu cuerpo se empieza a mover lentamente, al compás del ritmo, estiras un brazo y pareciera que acaricias algo mas que el aire, estiras el otro como si intentaras detener la brisa que se escapa entre los dedos, tu espalda se arquea creando un ángulo perfecto, incluso pareciera que unos hilos trasparentes tomaran el control de todo tu ser. Poco a poco la música va aumentando de nivel y tu cuerpo pareciera una extensión mas de las notas musicales alcanzo a notar como el sudor recorre tu piel desnuda, entonces un paso en falso y caes...
He contenido la respiración, parece incluso que has escuchado mi sobresalto, levantas la cara, volteas a mi ventana intentando adivinar una silueta entre las sombras pareciera que tus ojos se encuentran con los míos, no puedo moverme tengo pánico que me descubras, ha pasado solo un instante aunque para mi ha sido una eternidad, te recuperas, te levantas y otra vez continuas danzando, siento incluso como si en esos momentos bailaras solo para mi, como si se hubiera creado un lazo imaginario entre tu y yo... las luces se van apagando, la calle se queda solitaria, solo se escucha el lejano rumor del viento y de la lluvia al chocar los cristales, pareciera que danzas entre brumas, el viento entra por la ventana, y alborota tus cabellos, te detienes un instante mas y parece que el tiempo hace lo mismo, cierras las cortinas, ahora solo distingo una silueta, que baila entre nubes, que baila solo para mi.
Caíste varias veces, intentando un giro, pero por cada tropiezo, un esfuerzo mas por levantarte, el tiempo transcurre, los minutos no se detienen jamás.
Estas agotado puedo notarlo, te derrumbas en el centro del salón, pareciera que toda tu fuerza te hubiese abandonado, noto que te cuesta trabajo respirar, cierro los ojos y siento como si estuviera a tu lado, tu piel húmeda en contacto con la mía. Imagino incluso que te levantas me tomas entre tus brazos y nos movemos al compás de la música suave. Abro los ojos y aun estas ahí, recuperando el aliento. Lentamente te pones de pie, apagas las luces y todo se vuelve oscuridad.
Mañana tal vez mañana, en lugar de solo mirar por la ventana me atreva a cruzar la acera toque a tu puerta y pueda decir:
- ¿Bailamos?