Doncel

Observo cada milímetro de tu cuerpo, cada detalle se ha quedado impregnado en mi memoria, sé que has estado soñando e imaginándome, lo distingo en tu mirar, incluso en tu respirar, poco a poco me acerco, siento como la piel se te eriza al saber que pronto tendrá una caricia de mis manos. Y es entonces cuando al mirarte así, me imagino robándote un beso, un suspiro compartido entre almas que entre nuestros labios va convirtiéndose poco a poco en aliento, te imagino estallando entre mis manos, al mas ligero roce, perdiendo el control, siendo aniquilado por las sensaciones.
Y así mi corazón late también sin control, me sumerjo en esta complicidad, en la que nuestros cuerpos piden proximidad, nuestras manos se buscan afanosas, los labios no dejan de suplicar por un beso, por una simple caricia, mientras que en nuestros ojos se refleja la necesidad de compartir el mismo espacio, morir de la misma muerte para después compartir la misma vida. Por que justo ahora, en este instante, cuando parece que el tiempo se ha detenido, que el viento a dejado de soplar, y que el mundo gira en torno nuestro, quisiera entre tus brazos dejar de ser doncella, y que tu dejaras de ser doncel, para que en el transcurrir de la noche, cuando solo tuviéramos de testigo a esa luna altanera, me convierta en dama y tu en amante fiel. Que se perdieran las fronteras de tu piel y mi piel, que nos fundiéramos en un abrazo eterno, en el que no hubiera tiempos ni espacios, que solo murmullos y suspiros fueran suficientes para sabernos vivos y que nuestro lenguaje fuera solo una caricia y una mirada, para entonces dejar de ser pajes, y convertirnos en reina y rey.