viernes, 27 de marzo de 2009

Quiero ser para ti...

Quiero ser para ti, esa luz que se nota justo antes de amanecer, que nos avisa que se acerca el sol con su calor y majestuosidad para iluminar el día.

Quiero ser para ti, esa tranquilidad que provoca contemplar el cielo cuando hay luna llena, para demostrarnos cuan pequeños somos dentro de la inmensidad del universo.

Quiero ser para ti, esa brisa que precede al huracán, para demostrar que lo realmente hermoso se encuentra en las pequeñas cosas que nos rodean y no precisamente en aquellas enormes que a veces solo causan destrozos.

Quiero ser para ti, ese segundo en tu tiempo, para hacerte saber que si no existiera, la eternidad no tendría forma ni sentido.

Quiero ser para ti, ese suspiro que exhalas cada atardecer, que te hace recordar que estas vivo y que tienes una nueva oportunidad para cambiar tu destino.

Quiero ser para ti, ese latido en tu corazón, que le permite a tu sangre recorrerte por completo y llenar cada espacio tuyo para hacerte vibrar por dentro.

Quiero ser para ti, esa sombra que sigue tus pasos a donde vas, porque así hasta en los peores momentos, sabes que no estas solo.

Quiero ser para ti, un poco mas que un espacio entre tus labios y los míos, porque si ese espacio se elimina, entonces una caricia recorrerá los tuyos y los míos no podrán vivir separados de los tuyos.

Quiero ser para ti, ese todo y esa nada, ese antes y también el después, el presente pero sobre todo tu futuro, quiero ser esa sonrisa en tus labios, el brillo en tus ojos, el latir de tu corazón, el sueño en tus noches, quiero ser el fin y no solo el medio, el alfa y el omega, el agua de tu océano, la ráfaga en tu huracán, la calma después de la tormenta … Quiero ser para ti, exactamente lo que tu eres para mi.

sábado, 21 de marzo de 2009

Silencio



Todo a mi alrededor es silencio,

profundo, agonizante, desgarrante.

Altos muros se elevan

encerrándome en una tumba negra

y esa absoluta oscuridad oprime…

congela la sangre en las venas.



Intento gritar, pero la voz está seca.

Quiero escapar de ese torturante encierro

pero mis piernas están yertas.

El silencio sigue ensordeciendo los sentidos,

pesa, aprisiona el alma en el pecho,

y me doy cuenta.



Mi corazón ya no late…

Estoy muerta…

viernes, 20 de marzo de 2009

Vencer al tiempo



Tiempo que juega con mi vida,

se burla de mis sentimientos,

hace llaga del alma dolorida

y va destrozando mis sueños...



Ilusoria medida que se desliza lentamente

en el instante que no estás a mi lado,

y acelera vertiginoso su caudal

en el momento de fundirnos en un abrazo.



Palpitar de labios que aún no se han besado

porque él sigue con nosotros jugando,

y solo deja que llegues a mi lado

cuando yo me estoy alejando.



Y aún a su pesar… pienso desafiarlo.



Seré el herrumbre que quite el filo a su guadaña.

Seré sequía para el brote desesperado

que en su camino siembra para separarnos.



Dibujaré sobre la imagen que ha borrado.

Seré nevada y ventisca para apagar su fuego

y metal para quebrar filo que corta tu recuerdo.



Y si no alcanza para vencerlo…



Me abrazaré a tu imagen

Y dejaré que venga a querer robarte,

pero no podrá evitar que viva extrañándote,

no podrá impedir que eternamente te ame.



Y jamás logrará asesinar mis sueños,

borrarte de ellos y desdibujar el amor que nos tenemos,

porque en ellos vivirás aún después que haya muerto.

martes, 17 de marzo de 2009

MUERTE A CUPIDO.


Le vi acercarse, escuche un ligero batir de alas, una pequeña esencia acaricio mi olfato, venia armado con carcaj, arco y flechas, se había quitado la venda de los ojos, me miraba fijamente suplicando ayuda y entonces entre la oscuridad distinguí una mancha oscura, estaba herido, sangraba, en sus ojos rodaban lagrimas, se contemplaba las manos bañadas en sangre, de pronto con un golpe seco cayo al suelo, de las alas se desprendieron algunas plumas, otras mas estaban manchadas. Su respiración se escuchaba lenta al igual que el latir de su corazón, me acerque lentamente, temía hacer ruido. Un ligero movimiento de sus manos me confirmo que aún vivía, levante su rostro, sus ojos reflejaban temor, entreabrió los labios y susurro algo, un murmullo solamente. Tomó una de mis manos, la apretó entre las suyas. Este pequeño ser era el culpable de que sintiera mariposas en el vientre, de que la voz me temblará con tan solo saberle cerca, también de las lagrimas que derrame cuando decidió que no me necesitaba a su lado. Recuerdo que una noche llena de rabia le maldije, desee que no existiera. Y ahora al verle así, indefenso, me di cuenta que había deseado la muerte de cupido, quizá una de sus flechas le hirió, tal vez decidió quitarse la vida, tal vez quiso solidarizarse conmigo al verme destruida, navegando sin rumbo, suplicando tu regreso, tal vez no soporto la culpa… sin embargo verle así con el miedo reflejado en los ojos. ¿Acaso el temor a la muerte nos hace sensatos al final y nos descubre los temores arraigados en lo mas profundo de nuestros corazones? Y es entonces cuando mostramos nuestra verdadera faceta ante las decisiones que tomamos. Un ligero aleteo me devolvió a la escena, quería decirme algo, me acerque lo mas que pude, hasta casi rozar su rostro y entonces en un suspiro me dijo… AMA.
Insensato, hasta en sus últimos minutos no cedía en su intento, no se daba cuenta que por amar en cada entrega un trozo de corazón se me había escapado, que en cada amor derrochado había empeñado el alma y que ahora entre jirones intentaba recuperar aquello que pudiera salvarse, que sentía que recorría senderos oscuros, sin rumbo fijo, intentando encontrar en cada mirada un trozo de alma extraviada. Que por amar, había entregado todo cuanto era, cada trozo de mí. Como era posible, no lo entendía, el amor sin duda alguna, era la causa de su muerte y aún así me pedía que lo intentara. Fue cuando le descubrí, me refleje en sus ojos y me encontré en ellos, cada trozo de corazón arrancado, cada jirón de alma, cada suspiro exhalado, cada lagrima derramada, todo estaba ahí, en el reflejo de los ojos de ese pequeño ser… que solo armado con carcaj, arco y flechas venia a recordarme que el amor estaba dentro de mi. Le tome entre mis manos, le acaricié el pelo y en un suspiro arrancado desde lo mas profundo de mi ser le dije… AMO. Y entonces murió.

viernes, 6 de marzo de 2009

Devorando al Devorador


Vagando entre sombras, un viajero ha errado el camino, unos pasos a su espalda, han provocado que gire la cabeza, ante la visión se ha quedado estupefacto, tres seres, tres almas, caminan hacia él, su andar majestuoso le inunda la mirada, quiere salir corriendo pero sus piernas no le responden, se ha quedado congelado, poco a poco le rodean, su presencia es avasalladora, la imagen pareciera multiplicarse por tres, cuerpos esbeltos, uñas largas, labios rojos, colmillos exageradamente grandes, cabello largo y los ojos, esos ojos parecieran que le atraviesan el alma, no sabe que hacer, su cuerpo no le responde y entonces se acercan a él, siente una caricia en su espalda, gira el cuerpo para saber que fue lo que lo toco, y es así cuando les descubrió, tomaron su cabeza, la inclinaron y una voraz mordida le atravesó la garganta, se removió entre los brazos que le aprisionaban, pero entonces en su oído una voz le susurro:

No se inmutó tu esqueleto al tronar el rayo,
ni un sólo gesto, quieto y temerario
mantenías la pluma en el verso,
absorto en tus letras, soñando...

No mirabas atrás, ni te estremecías
aún cuando la punta de la garra te rozara,
y ahora...

Quizá sientas un temblor en tu carne,
un gélido escalofrío escudriñándote
y un recelo en ese, tu aún, sereno cuerpo.

La ferocidad abre sus fauces en triada,
lascivia esperando el festín en bacanal,
tu sangre palpita y la sed nos reclama,
el marfil se acerca sigiloso a tu garganta...

No, no digas nada...no puedes escapar,
entrégate a la lujuria que vampírica te rodea,
déjate seducir por las damas blancas,
sucumbe al hipnotismo de su roja mirada...

Tres súcubos devorando tus entrañas,
atrayendo, tentando, seduciendo,
reptando, bebiendo, succionando,
tu carne, tu piel, tu sangre, tu ser...

Ahora grita y ¡muévete!
danza, muerde, ¡entrégate!



Un grito salio de lo profundo de su ser, justo en ese momento los brazos le soltaron una carcajada rompió el silencio del bosque, intento correr, de la garganta le chorreaba liquido escarlata, quiso acelerar el paso y en la desesperación cayo al suelo, sin saber como, nuevamente esos ojos rojos le acechaban, sin poder oponer resistencia, un nuevo ataque le desconcertó, en la misma herida, en la misma sangrante garganta, unos nuevos colmillos perforaban, succionaban, estaba a punto de desfallecer, y justo antes de perder el conocimiento otra voz, similar a la primera, en el mismo tono bajo y profundo le dijo:

Ríndete al maléfico designio,
aquí estamos, sombras sin forma,
espiral de lujuria sedientas de tu esencia escarlata.
Alza las garras, muéstranos la envergadura de tus alas.

El poder que ellas ostentan caerá rendido a nuestras ansias.
Recuéstate sobre tu mortaja,
ríndete al deseo que erupciona entre tus piernas.
Entrégate a las tres hermanas, vampiras desde la cuna,
nacidas para adueñarse de tu negra alma.

Rocemos nuestras alas,
desangremos la piel con nuestras garras,
saciemos la sed que nos embarga.
Elévate hasta encontrar la entrada,
penetra muy profundo entre las llamas
y quémate en el infierno que te abraza.

Hazte dueño de las carnes que te aclaman,
desgarra las venas con los marfiles de tus fauces,
devora, muerde, gime, acelera y detén el ritmo de esta danza,
haz del placer una tortura silente hasta derramar tu no vida y tu simiente.

Y se entrego, la lujuria, el placer, el deseo le inundo, sus manos cobraron vida, su cuerpo parecía no obedecerle, se estremecía, no podía dejar de tocar, rasguñar, los gemidos rompían el silencio, exhausto se derrumbo sobre el piso. Entonces sin poder explicarlo la tercera hermana se acerco, le tomo la cara entre sus manos y sin dudarlo le ofrecía su muñeca, ¿Acaso quería que la mordiera? Pero para ese momento sus decisiones no eran de él, y fue cuando en unos segundos, sin darse cuenta tenia entre sus fauces la muñeca, la blanca muñeca que se desangraba entre sus colmillos, sangre, deliciosa sangre le llenaba los labios, se levanto, se sentía un nuevo ser, y entonces abrió las alas, y se perdió entre las nocturnidades.




Las hermanas, las tres bellas hermanas se miraron una a otra, era hora de descansar el sol comenzaba a asomar sus primeros rayos, mañana ellas las inmortales, saldrían de nuevo y otro viajero caería en sus garras, que les entregaría la vida a cambio de la inmortalidad y así crearían a otra sombra sin forma, a un vampiro, a un inmortal.





Letra a trío compartido : Azul profundo & Calíope & Acqua