Vagando entre sombras, un viajero ha errado el camino, unos pasos a su espalda, han provocado que gire la cabeza, ante la visión se ha quedado estupefacto, tres seres, tres almas, caminan hacia él, su andar majestuoso le inunda la mirada, quiere salir corriendo pero sus piernas no le responden, se ha quedado congelado, poco a poco le rodean, su presencia es avasalladora, la imagen pareciera multiplicarse por tres, cuerpos esbeltos, uñas largas, labios rojos, colmillos exageradamente grandes, cabello largo y los ojos, esos ojos parecieran que le atraviesan el alma, no sabe que hacer, su cuerpo no le responde y entonces se acercan a él, siente una caricia en su espalda, gira el cuerpo para saber que fue lo que lo toco, y es así cuando les descubrió, tomaron su cabeza, la inclinaron y una voraz mordida le atravesó la garganta, se removió entre los brazos que le aprisionaban, pero entonces en su oído una voz le susurro:
No se inmutó tu esqueleto al tronar el rayo,
ni un sólo gesto, quieto y temerario
mantenías la pluma en el verso,
absorto en tus letras, soñando...
No mirabas atrás, ni te estremecías
aún cuando la punta de la garra te rozara,
y ahora...
Quizá sientas un temblor en tu carne,
un gélido escalofrío escudriñándote
y un recelo en ese, tu aún, sereno cuerpo.
La ferocidad abre sus fauces en triada,
lascivia esperando el festín en bacanal,
tu sangre palpita y la sed nos reclama,
el marfil se acerca sigiloso a tu garganta...
No, no digas nada...no puedes escapar,
entrégate a la lujuria que vampírica te rodea,
déjate seducir por las damas blancas,
sucumbe al hipnotismo de su roja mirada...
Tres súcubos devorando tus entrañas,
atrayendo, tentando, seduciendo,
reptando, bebiendo, succionando,
tu carne, tu piel, tu sangre, tu ser...
Ahora grita y ¡muévete!
danza, muerde, ¡entrégate!
Un grito salio de lo profundo de su ser, justo en ese momento los brazos le soltaron una carcajada rompió el silencio del bosque, intento correr, de la garganta le chorreaba liquido escarlata, quiso acelerar el paso y en la desesperación cayo al suelo, sin saber como, nuevamente esos ojos rojos le acechaban, sin poder oponer resistencia, un nuevo ataque le desconcertó, en la misma herida, en la misma sangrante garganta, unos nuevos colmillos perforaban, succionaban, estaba a punto de desfallecer, y justo antes de perder el conocimiento otra voz, similar a la primera, en el mismo tono bajo y profundo le dijo:
Ríndete al maléfico designio,
aquí estamos, sombras sin forma,
espiral de lujuria sedientas de tu esencia escarlata.
Alza las garras, muéstranos la envergadura de tus alas.
El poder que ellas ostentan caerá rendido a nuestras ansias.
Recuéstate sobre tu mortaja,
ríndete al deseo que erupciona entre tus piernas.
Entrégate a las tres hermanas, vampiras desde la cuna,
nacidas para adueñarse de tu negra alma.
Rocemos nuestras alas,
desangremos la piel con nuestras garras,
saciemos la sed que nos embarga.
Elévate hasta encontrar la entrada,
penetra muy profundo entre las llamas
y quémate en el infierno que te abraza.
Hazte dueño de las carnes que te aclaman,
desgarra las venas con los marfiles de tus fauces,
devora, muerde, gime, acelera y detén el ritmo de esta danza,
haz del placer una tortura silente hasta derramar tu no vida y tu simiente.
Y se entrego, la lujuria, el placer, el deseo le inundo, sus manos cobraron vida, su cuerpo parecía no obedecerle, se estremecía, no podía dejar de tocar, rasguñar, los gemidos rompían el silencio, exhausto se derrumbo sobre el piso. Entonces sin poder explicarlo la tercera hermana se acerco, le tomo la cara entre sus manos y sin dudarlo le ofrecía su muñeca, ¿Acaso quería que la mordiera? Pero para ese momento sus decisiones no eran de él, y fue cuando en unos segundos, sin darse cuenta tenia entre sus fauces la muñeca, la blanca muñeca que se desangraba entre sus colmillos, sangre, deliciosa sangre le llenaba los labios, se levanto, se sentía un nuevo ser, y entonces abrió las alas, y se perdió entre las nocturnidades.
Las hermanas, las tres bellas hermanas se miraron una a otra, era hora de descansar el sol comenzaba a asomar sus primeros rayos, mañana ellas las inmortales, saldrían de nuevo y otro viajero caería en sus garras, que les entregaría la vida a cambio de la inmortalidad y así crearían a otra sombra sin forma, a un vampiro, a un inmortal.
Letra a trío compartido : Azul profundo & Calíope & Acqua