viernes, 31 de octubre de 2008

Angel Negro II


Eres ese ángel negro, que ha venido a atormentarme, a recordarme todo lo mala que soy, para hacer sangrar heridas que creía cicatrizadas, a remover tiempos, instantes, y así hacerme sentir nuevamente la soledad, este vacio que carcome.
Eres ese ángel negro, que cada noche llega a mi ventana, que entre las sombras se ríe de mi desolación, que se alimenta de cada uno de mis sueños perdidos, de las caricias que se volvieron cenizas, de los besos que aun están tibios en mis labios, eres ese personaje oscuro, que me hace derramar lagrimas, que provoca un dolor agudo en mis entrañas, que le dice a mis pupilas, que detrás de toda esta oscuridad, no quedan mas que restos de lo fui, extiendo los brazos, mis manos solo tocan el frio que inunda la habitación, lo busco, intento descubrirle entre los muebles, entre las cortinas, entre mis sentidos, pero no, no le encuentro. Entre todas esas sombras solo te descubro, con una sonrisa blanquecina, con esos ojos rojos, que me traspasan, que me atormentan. Intento huir pero no puedo, siento que cada que doy un paso, tu das dos mas que te ponen a cada instante mas cerca, quiero alejarme por que se que a tu lado solo conseguiré tener desgracias, escucho tu risa burlona, te regodeas con mi dolor, mis lagrimas te sirven de alimento, estoy tan cansada de huir, y si ¿solo por esta vez dejo que me alcances?, ¿Qué harás? no puedo perder mas de lo que ya he perdido, ya tienes en tus manos mis sueños, ya los tiraste en ese abismo, del que nunca saldrán, ya tomaste mis ilusiones y las dejaste olvidadas en los rincones, tomaste todo aquello que soy y lo dejaste en la nada, me inundaste de vacío, y poco a poco noto, que mi espíritu también se esta poniendo negro, las alas empiezan a salir, no se si reir o llorar, me estoy convirtiendo en aquello en lo que temo. Me veo en el espejo y me doy cuenta, que aquel del que huyo se esta reflejando en mi espejo, en mi espalda unas alas están brotando, alas negras que no puedo controlar. Entre mis ojos descubro esa soledad, ese vacio, del que tanto huía, me doy cuenta que el temor me invade, no podré con esta carga, necesito urgente salir de aquí, darme cuenta que aun puedo reír, y entonces me espanta mi propia risa burlona, a lo lejos descubro un resplandor, me acerco temerosa, y me doy cuenta que es un ser que se siente solo, que necesita compañía, y entre mas me acerco siento su calor, su palpitar, el me ve, noto su temor, sabe que estoy ahí, que tomare un poco de su esencia, una mueca se dibuja en mi rostro, no era mi intención, se que le provoco miedo, pero aun así no puedo alejarme, por que ahora también soy un ángel negro…

3 comentarios:

  1. Calíope, que buena continuación... que buena!!!!

    Hiciste una maravilla!!!

    Que lindo que escribes, me gusta. Tienes el don de atrapar en la lectura a quien te lee... y ahora quiero seguir leyendo, je, je.

    Besos Lupis

    ResponderEliminar
  2. Comentaba a nuestras amigas, que el estilo literalmente es una toma del brazo y una guía permanente. No puede uno desviar la mirada a lo que magistralmente interpretas. Mis respetos corazón.

    Hermosa manera de relatar!

    Lo que vendrá a continuación respecto al Ángel Negro, la mayoría ya lo conoce y sin embargo, lo traigo Lupis, porque creo que tu no lo habías leido...me gustaría que notaras las similitudes entre todo lo que se ha ido escribiendo.

    Besos y gracias.
    Besos a todas las niñas.

    ResponderEliminar
  3. Asombroso...si puedo ver con mi mente la paulatina transformación

    Me dejas con ganas de mas!!!

    Besototes y te quiero!!

    ResponderEliminar